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jueves, 29 de enero de 2009

Capítulo 3. Preludio a la catástrofe.

La abuela Seni descansaba en su sillón ajena a toda la actividad que se desarrollaba en la ciudad de Serehma. Sabía lo que pasaba y lo que iba a ocurrir pero no le importaba lo que le sucediera a ella. Tiempo atrás había perdido todo lo que le importaba y ahora su tierra natal iba a ser destruida también. No iba a acompañar a su pueblo e iba a afrontar su destino con entereza. El día previo a la vaticinada llegada del Leviatán veía desde su ventana como la gente se embarcaba en los barcos para abandonar Serehma. Era duro para ellos ya que se separaban y perdían todo lo que tenían. Aunque algunos aventureros habían llegado para evitar esto, Seni pensaba que era un acto inútil y le daba lástima estos extranjeros. En especial ese pequeño llamado Bofo que, nerviosamente, corría por las calles intentando encontrar algo de dinero o alguien que le pudiese subir a un barco. 'Pobrecita chica, tan joven y guapa y va a encontrar su final teniendo toda una vida por delante' decía pensando en Nadga, la guerrera que había contratado los servicios de Bofo para cuidar de su montura. Entre estos desconocidos había otros que le llamaban mucho la atención, como un siniestro hombre que se ocultaba tras una espesa capa negra y del que no se podía ni adivinar su rostro. Le daba la impresión de que era un alma en pena, condenada a vagar eternamente, seguramente por algo ocurrido en su pasado. Llevaba un unicornio negro como montura. A Bofo le fascinaba este animal, sobre todo su cuerno azulado, pero éste no dejaba que lo tocase. Seni, lastimada por el destino de esos extranjeros, les llevaba dulces preparados por ella esa misma tarde. Pocos le prestaban atención debido al congojo de sus corazones. El gracioso Bofo era el que más interés mostraba por sus dulces.
Ya no quedaba más tiempo y la anciana Seni se encerró en su casita y se rodeó de sus recuerdos. Las nubes del cielo se tornaban cada vez más rojas. De repente, unos golpes en su puerta le sobresaltaron, era Bofo que quería que se fuera con ella de Serehma. Había conseguido por fin plaza en un barco y había decidido marcharse. Dejaba a Nadga porque tenía varios objetivos que cumplir, aunque lo sentía. Seni se resistía al principio pero Bofo la forzó a acompañarlo. Cuando atravesaban el portal de la casa una sombra negra cayó como un relámpago oscuro sobre Bofo y lo noqueó. Era la chica misteriosa que Bofo vió salir de la plaza de las 13 gárgolas.
'Su destino está aquí, como el suyo señora. Permanezca en su casa.' y con una leve sonrisa desapareció de un salto a la vez que se cerró la noche sobre Serehma.

Preguntas: ¿Qué mágico regalo recibirá Bofo? ¿Aguantará la isla en pie tras la llegada del Leviatán?